viernes, 27 de mayo de 2011

viajedejavi. Etapa 52: Beluso-Cabo Home.

52ª Etapa. 16 de julio de 2006. Domingo.
Playa Tuia, Cabo Udra, Aldán, O Hio, Cabo Home, playas Barra y Viñó. 


Me despierto a las 6:30h. Hago cabriolas y me doy un baño a las 6:45h ¡qué bueno! Me paseo por la otra playa para secarme. Los de Vigo duermen en la primera playa a la que llegaron; a él le llamaré el guerrero del antifaz; es porque, para protegerse de la luz, se ha puesto el calzoncillo sobre los ojos ¡qué imagen da!

 Me visto, recojo y en marcha. Por las rocas duerme uno, 5 o 6 por el circo de rocas, junto a la barca hinchable, también, los tres bañistas nocturnos.

Otros se iban cuando yo me despertaba, pero no sé de donde venían, aunque se dirigían hacia las playas por las que ayer pasé y luego, con Ernesto, volví a pasar; hacia Bueu. Salgo a las 7:15h y voy bordeando en busca del Cabo Udra y me encuentro con un nudista que ha bajado para sacar al perro; el perro se escapa y charlaremos un rato y me orienta como andar por el cabo y me recomienda subir hacia una pista y, después, salir a carretera. Nos podríamos haber pasado la mañana de charla, en la cala Pedrón, así que me voy.



Subiré a la plataforma del cabo Udra y desde allí veré, bastante cerca, al frente, la illa de Ons, de tan buen recuerdo y, hacia el suroeste, la punta de Couso y toda la ensenada de Aldán y hacia allí voy. Veré varios conejos salvajes; un joven con un mayor, que salen de Udra; un paseante que me orienta por pinos. Voy siguiendo señal roja y blanca, hasta llegar a una rotonda. Llego a una carretera pequeña con dos mujeres; van a misa del Carmen, en Beluso y resulta que, en Beluso (a quien la playa Tuia pertenece), que ya lo pasé de lado ayer, viniendo de Bueu, es donde desayunaré. Después cogeré dirección Aldán y O Hio para acabar en cabo Home. Desayuno con dos tostadas, con mantequilla y mermelada (2,10€) y no consigo que me echen el sello, así que el día de ayer se quedará sin sellar, ya que tampoco me lo echarán en O Hio. Voy por Aldán y pregunto a una pareja; ellos también hacen nudismo y saben cómo llegaré a las playas; creen que voy hacia Cangas, pero lo que no saben es que yo tengo otras intenciones y dejaré Cangas para mañana, pues no me agrada repetir camino. En un cartel veo que la playa de Melide, está en el propio cabo Home.
Primero llegaré a O Hio y me dicen que el famoso cruceiro que quiero visitar está en la propia iglesia. Echan cohetes y cierran el paso por la carretera, porque va a salir la procesión con la Virgen del Carmen ¡qué oportuno he llegado! Pido a una señora que me ponga el sello, pero me dice que no puede, que está en la casa parroquial. Cuando va a iniciar la procesión, a un señor de Vilaboa le ha dado un ataque; lo atienden tumbado en el suelo ¡demasiada gente! Es buena hora para comer, y entro en el primer bar a la izquierda. Sólo tienen tapas, pero veo a un chico comiendo una zapata con patata en un platillo bastante lleno, y tomo nota. Voy en busca de comida más energética y me incorporo a la procesión, ya que por otro lado no puedo pasar; pero la procesión va por dentro del pueblo y, tan lenta, que decido salirme de ella y retroceder al bar en que ya había estado; pregunto el precio de las tapas y, cuando pido, les ruego sean generosos con las patatas. El bacalao es una buena ración y está buenísimo; no así la zapata, que es algo así como un arenque sequísimo; a pesar de ello, me lo comeré todo, empujado por una jarrita de Ribeiro. De postre, arroz con leche (9+1=10€). Precio barato para una buena comida. Me voy hacia Donón, y allí, en lugar de ir a las playas, iré hacia el cabo Home. Cuando llego a un lugar donde tienen comedor y la gente está comiendo; normalmente los domingos la gente come más tarde; pero, para mí, son domingo todos los días y como cuando se me pone, encuentro a un coche con matrícula de Navarra y a un chico con perro. Es de Pamplona y está comiendo allí. Me despido y sigo camino hacia el cabo, pero veo a un chico que se mete por un camino que, intuyo, va hacia playa, pero lo pierdo de vista; lo vuelvo a ver a lo lejos, corro y le pillo. Me dice que va a la playa, cree que se trata de la de Melide, pero resultará que su información es incorrecta y me llevará a que me equivoque y me quede sin visitar dicha playa que, cuando marche sabré, es la que está a occidente del faro Home. El chico se queda en la primera zona de árboles; se ve que por allí hay movimiento de ligoteo homosexual y yo me acercaré a la playa de Barra, dejaré mochila y resto de pertenencias en el último árbol, donde están unos chicos de Ourense, que resultarán también bastante femeninos y enamoradizos (sobre todo de un chico alto que está en la zona y se baña con su parejo, y del que dicen lindezas).

Atrapado en propiedad privada I.
Me doy un baño, cojo la mochila pequeña con la cartera, guardo en ella el calzoncillo, y me voy hacia el faro; el camino va próximo a la playa, al inicio, y continúa próximo a las rocas y al agua, de forma que, como voy en bolas, me voy dando baños a menudo; en un momento determinado, el camino asciende y las rocas se hacen más cortantes y difíciles de caminar, así que voy hacia arriba, pero me acabaré metiendo en terreno privado (será un ensayo para mañana); intento salir, pero la floresta y los arbustos, me lo van impidiendo. Finalmente conseguiré salir a buen camino interior, que me lleva a una verja de apertura controlada y que saltaré por encima.

Ya fuera de terreno privado y por el tramo de carretera particular, saldré a un espacio amplio donde aparcan muchos coches. Ni en el faro, ni en el cabo, se ve tanta gente como para justificar tanto coche aparcado, así que, si el chico con el que llegué a playa de Barra, no me hubiera dicho que era Melide, hubiera tratado de buscar esta última que, después, supe que estaba al otro lado del faro. Fue una pena y no puedo asegurar si efectivamente era o no nudista; vista en mi aeroguía, tiene un aspecto magnífico ¡otra vez será! Sigo caminando y llego al faro Home y lo fotografío con las islas Cíes que, desde aquí, están, lo que se suele decir, a tiro de piedra.

Al volver, me perderé un montón de veces entre la maleza y casi retrocedo hasta donde encontré al navarrico esta mañana, casi en Donón. Al final me meto entre cabras, un burro, una vaca y un macho cabrío; pero sigo sin encontrar la salida y me temo que voy a tener que pasar de nuevo por donde tan encantadores animalitos, que me miraban con ojos de deseo, pero, ¡por fin!, llego a caminito con mejor pinta y, por él, de nuevo a la playa. ¡Bueno, pequeña aventura para visitar el faro! Estoy asfixiado, pues se me había olvidado llevar agua, y me doy un baño en el mar que me resultará la mar de relajante.




Luego pasearé por las tres playas anteriores a la textil de Nerga, que son: Barra, Viñó y una pequeñita, que es aledaña a esta última; en realidad toda la playa es Barra, pero está claramente separada por unas rocas, en 2/3 para Barra y en 1/3 para recibir el nombre de Viñó. Ambas muy recomendables para practicar nudismo; pues casi todo el mundo está desnudo y, aunque hoy está muy masificada, quizás por ser un domingo de temporada alta, tiene grandes espacios por detrás entre dunas y arbolado (creo que eran pinos), donde la gente se protege del sol, bajo sus sombras, come y sestea. Dormiré en la tercera playa, la pequeñita.

Baños, paseos y estaré poco tiempo con los de Ourense, pues están muy atentos a que no se les escape la posibilidad de ligar. Sólo uno muestra interés por mi viaje y será del único que me despediré: Es la primera vez que oigo, en este viaje, que alguien use el término “periplo” para definirlo y cuando, yéndome hacia la tercera playa, me lo encuentre, recibo la impresión de que él, al menos, sí ha ligado. La verdad es que era el más majo de todos.
He estado un rato con otros que ayer hicieron una grabación de medio minuto con el móvil, en la que uno de los chicos imitaba a Bono de U-2. A mi me parece oír voz de mujer, pero dicen que toca la guitarra y canta muy bien. La verdad es que, en relación a los adelantos que ha dado la tecnología, el sonido de la música de los móviles es pésimo, parecen cajas de grillos, al margen de lo bien o mal que suenen los instrumentos y, encima, son tan generosos sus portadores, que nos los suelen ofrecer para deleitarnos, oyéndolos sin auriculares, o abriendo las ventanillas de sus "ferrari" y poniendo sus cds a tope. ¡Qué poco respeto a los demás!, ¡que se los coman con patatas! En el Topo (el tren de vía estrecha de Euskotren entre Lasarte y Hendaia), ya he tenido algún encontronazo con más de uno y eso que la normativa lo pone bien claro; entre otras prohibiciones: “eta musika ekiporik ez erabiltzea, aurikularrik gabe.” Y en castellano “…ni utilizar equipos de música sin auriculares.” (pág. 17). Un chico con melena y bañador azul con franja blanca, se baña y toma el sol con otro; hasta que este amigo (o enemigo) no se vaya y se quede solo, no se quitará el bañador. En el momento del paseo en que llego a la tercera playa (la pequeñita), llegan dos parejas de Redondela, con los que estoy el final del día. Han llegado con barca hinchable y sólo uno se desnuda. Mientras estaba con los de Ourense, he ido hacia arriba, al chiringuito, por agua; no había de litro y medio, así que me tomo una cerveza y pido la más barata (1,50€). Allí, la gente lo mismo está vestida que desnuda, así que me quito el pantalón y regreso desnudo. Ya en la última playa, subiré a tomar otra cerveza y allí me costará algo más (1,60€) y bajo para cenar en la playa, cojo otra cerveza, y un bocadillo de jamón y tomate (4,40€) ¿Os dije que fui contable durante 24 años? Luego varios paseos y baños, el último con el de Redondela (¿iré al albergue, como tengo previsto?). Son majos y están atentos a mis anécdotas. Cuando se van, ceno y organizo el lugar de la dormida; no me parece que al sitio elegido suban la marea, ni las pulgas de mar. Todavía hace calor. A última hora aparece un bañista que estará hablando un rato conmigo. Se sorprende que me quede a dormir y no tanto por la temperatura ¿Habrá sorpresas esta noche?
Como balance del día, tras noche movidita, tengo que decir que las playas de Barra y Viñó han cubierto mis expectativas y que siento no haber visitado playa Melide. El paseo por el cabo Udra y, luego, por el Home y su faro, han sido bonitos; también el rato en O Hio, con la procesión del Carmen, la comida de tapas (suficiente) y, sobre todo, su bien labrado cruceiro; los encuentros personales de hoy, no dejarán huella. Hoy ha sido etapa corta y el sello en la credencial me lo echarán en Cangas, donde desayunaré. El cabo Home y las playas Barra y Viñó, ya están en la ría de Vigo.

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