viernes, 27 de mayo de 2011

viajedejavi. Etapa 10: Playa de Laga-Bermeo

10ª Etapa. 04 de junio de 2006. Domingo.  
Laga, Laida, Urdaibai, Gernika, Abiña, Mutriku, Bermeo.



Me levanto aterido de frío. Los pescadores ya se han marchado. Cometo el error de no bañarme; si lo hubiera hecho, es probable que habría reaccionado mejor, seguro que el agua estaría más caliente que mi cuerpo. Me voy a vestir, pero camiseta y calzoncillo están muy húmedos; así que me pongo el otro pantalón y el otro jersey de rayas (que casi no me pondré en todo el camino), sin calzoncillos, y salgo cingando. Desde la carretera, saco foto de mi roca dormitorio y se me acaba la pila. Tengo que guardar la máquina sin recoger, pues al quedarse sin energía, el objetivo se ha quedado fuera y no obedece al mando; más tarde, al llegar al castillo de Arteaga, intento sacar una foto que me parece preciosa, calentando la pila con las manos, pero será en vano. Pero no voy a adelantarme a los hechos. Mi intención es pasar a Mutriku en barca, así que cuando paso por la playa de Anzoras, la que me había dicho Iranzu en Arizkun que le gustaba, no me entretengo y sigo adelante. Después de tres kilómetros llego a la playa de Laida; avanzo por la arena todo lo que me permite la ría de Urdaibai en dirección a Mundaka, pero no veo ni rastro de barca. Pregunto a un barrendero y a una limpiadora de un bar y me dirán que la barca no empieza a funcionar hasta el 15 de junio ¡mi gozo en un pozo! Yo que no quería ir a Gernika..., no me va a quedar más remedio. Me resisto. Me quito el pantalón, pero me va cubriendo demasiado y no quiero que se me mojen las mochilas. Salgo de la playa y vuelvo a tierra firme y me encuentro con un chico que, en su momento, fue hippie en Ibiza; nos ponemos a charlar y coincidimos en la filosofía de vivir bajo mínimos (de consumo y esfuerzo). Se ofrece a llevarme en coche, pero agradezco y rechazo. A las 8:00h salgo de Laida y con dirección Gernika y otro me dirá que la única posibilidad que tengo que algún pescador salga en su barca y me lleve al otro lado. Como no veo a ninguno, desisto y, aunque no es correcto, pues los coches vienen por detrás (aunque a estas horas hay poca circulación), voy caminando por el lado que da a la ría de Urdaibai, la mayor reserva natural de la costa de Vizcaya (mientras nadie me diga que no lo es). Cuando la carretera abandona la zona y ya no diviso la ría, pasaré al lado izquierdo. Al llegar al castillo de Arteaga, como he dicho, no podré sacar la foto por falta de pila; se trataba del castillo con un campo de espigas en primer término. A las 9:30h llego a Kortezubi que, aparentemente, es pequeño, pero que no se acaba nunca. Al fin me acerco a 2,5 km. de Gernika. Nada más entrar, pregunto a una mujer por el albergue y resulta que está allí mismo. Si tardo en preguntar, me lo hubiera pasado sin enterarme. Me dirijo a la puerta, y en ese momento está saliendo el matrimonio bretón (la 3ª vez que coincidimos); de nuevo es providencial, puesto que dos minutos más tarde, habría llegado sin nadie dentro y sin posibilidad de entrar, ya que para hacerlo, es preciso conocer el código de puerta que, ese día, era el 4726 (lo pongo, porque supongo que el código será cambiante). No lo atiende nadie hasta las 16:00h. Me despido de los bretones y entro; busco sello para echar la credencial, pero no lo encuentro por ninguna parte. Me afeito, ducho y visto adecuadamente; paso la fregona para recoger los restos de agua dispersa y me voy. En el bar UGT, encargo a Mario que me prepare un par de huevos fritos con tocineta y, mientras lo hace, voy en busca de quien me pueda echar el sello en la credencial; busco policía municipal, a sabiendas que es fiesta, pero veo indicador de Ertzaintza y hacia allí me dirijo, y el hertziana que está de retén, me la pondrá y firmará: Gobierno Vasco Gernikako Ertzainetxea Departamento de Interior. Regreso al bar de UGT y me como lo solicitado, más vino y pan; todo por 5,70€. Pago y me pongo a escribir. Pago y me voy dirección Bonilla, el fotógrafo, por ver si consigo pila que, como estaba previsto, siendo domingo, estará cerrado; la encuentro en un chino de todo a 0,60€ y me costará 3,50€. Ya hecho lo que más me urgía y olvidándome del famoso roble, del que tenemos un retoño en Irun, en un rincón de un parque próximo a la Ertzaintza, me oriento hacia Bermeo. Saliendo de Gernika, deseo coger agua y me indicarán que, aproximadamente a un kilómetro, tendré un grifo; lo encontraré y llenaré mi botellita. Enseguida encontraré a un matrimonio con el que cambio impresiones; llevan una niña de 4 meses, Ane, que duerme muy bien, aunque no siempre, hasta nueve horas. He salido del bar a las 12:50 y a las 14:00h llego a la iglesia de Murueta; previamente he sacado foto,

ahora desde el otro lado de la ría, al castillo de Arteaga, pero, ahora, no tiene ni pizca de gracia, sin aquellas espigas (para qué lamentarse si ya no tiene remedio) y de tan lejos. Al pasar por Axpe, me sorprende lo grande que es su iglesia, con una fachada moderna pero con elementos antiguos en la fachada exterior.
A las 15:00h aparece un desvío para ir a playa Abiña, que no sé si pertenece a Pedernales o Sukarrieta. Un señor me dice que pase por el puente sobre las vías, que en marea baja es enorme y que si voy a hacer nudismo vaya para adelante y a la izquierda. Otra pareja también me orienta hacia allí, pero me dice que es sucia y que tenga cuidado con la marea.


Sigo adelante y encuentro un lugar que me parece adecuado, me coloco en arena algo elevada, para cuidarme de la subida de marea, bajo a la orilla y me baño desnudo; hay algo de espumilla en el agua

y, abandonando todo mi equipaje, voy caminando hasta el otro lado de donde esta mañana he estado intentando pasar, al fallarme la barca. El camino de ida y regreso lo voy haciendo combinando pisar en la arena y sumergiéndome en los entrantes de agua, hay que tener en cuenta que es una ría arenosa. Regresando me encuentro con Jota, un piragüista que está volteando su piragua para sacarle el agua que le ha entrado. Nos ponemos a charlar sobre el camino; otros también le han recomendado que lo haga solo. Está interesado en saber qué cosas llevar. También hablamos sobre ventajas e inconvenientes de vivir en pareja y del matrimonio. Al regreso, saco el saco del saco y lo extiendo al sol, para que se le vaya la humedad de la noche; cuando esté bien seco, lo recogeré. Tomo el sol, como tres albérchigos y una barrita de muesli y chocolate que, junto a otra de plátano, me he encontrado en el suelo en una parada de autobús (sin llegar a la búsqueda de restos de bocadillo en la basura de You en “Nothing personal”, yo también hago mis “pinitos”). A un grupo de cuatro chicos les pregunto si la marea sube hasta el paso a la otra playa; me responderán que no, pero ellos se van con su perro en barca. Más gente hace lo mismo. A un chico que tiene montada una tienda en una zona algo elevada, le pregunto si tiene sitio para dormir; me dice que está con otro y que están muy justos. Tengo que ir pensando en qué hacer esta noche.

Hago un dibujo de la zona, con la tienda de campaña, y a las 18:30h, salgo de la playa hacia Busturia/Sukarrieta. Como habéis visto, los amigos nudistas, también se puede hacer nudismo, sin que se creen conflictos, en playas grandes, aunque éstas no estén declaradas oficialmente.



A las 19:00h empieza Mundaka, pero me costará hasta que llegue al pueblo. Creo que la foto, con la iglesia saliendo al mar, puede quedar bonita. Cuando llegue al lugar del conflicto, donde no he podido pasar por la mañana, y a la que he regresado por la tarde, pido a un señor muy amable, que me saque una foto para el recuerdo. Él va paseando con su mujer y sus hijas (¿o eran chico y chica?) Estoy casi al final de la jornada y, desde aquí, casi puedo ver la playa donde he dormido la noche pasada.











Lo que sí se ve bien es el cabo de Ogoño: este nombre me lo dirá un estudiante que, también me informará que en Matxitxako hay un albergue. Ogoño lo fotografío junto a Izaro, cuando pretendía sacar Laga (¡habrá que mirar con lupa para ver si ha salido algo!). Izaro la reconozco por haber visto alguna película producida por Izaro Films. Una señora me dirá cómo bajar al puerto de Bermeo. Otra pareja me indica que siga la flecha azul. La policía local me dice que el albergue de Matxitxako no está abierto a caminantes, sólo para grupos y mediante inscripción previa y me recomiendan el Hostal Torre Ercilla. Me echan el sello en la credencial: Bermeoko Udala. Udaltzaingoa. En la plaza se ve gente de la que parece pueden crear problemas para la convivencia; también el sector pesquero está en crisis y hay emigrantes subsaharianos que están sin trabajo. En el Torre Ercilla, me recibe el dueño; cuando me dice el precio, le digo que es muy caro para mí, que buscaba un albergue; pero no me quedan muchas alternativas y hoy quiero dormir bien. Me ofrece desayuno gratis que, mañana, veré excesivo; hablamos de que su negocio tampoco es muy boyante, que el último inspector no lo quería calificar como hostal, sino como pensión; pero ellos lo llaman hostal porque así lo calificó la Administración ¡No se aclaran ni ellos!, me dirá. Me asigna la habitación Talape (que significaría algo así como bajo la atalaya), le pago 36€ más IVA 38,52€ seguramente, la noche más cara de mi recorrido; menos mal que lo compensará algo el copioso desayuno y la excelente atención.
Me gusta el anagrama de la factura.
Me da las llaves, me ducho, lavo la camiseta y el calzoncillo y los pongo a secar. Salgo y en la taberna Akelarre, ceno una carbonara potente, algo empalagosa y pimientos rellenos de bacalao, muy malos; cerveza y menta poleo por 16,10€. Antes de acostarme, doy un paseo por el pueblo; voy al arco de arriba y, en Tala (que será lo que da nombre a mi habitación), un parque arbolado con vistas al puerto y a una cala de rocas, pregunto qué es una especie de barco que se ve mar adentro. Me dirán que es la plataforma Gaviota construida para la extracción de gas. Charlo un rato con el matrimonio informante y a las 22:10h me retiro al hostal. El dueño me da la factura ya pagada y me confirma dónde me dejará preparado el desayuno; defecación consistente, por segunda vez en el día y escribo sentado en la taza del retrete. Son las 23:00h cuando me acuesto ¡Qué bien se duerme en Bermeo! De no haber llegado en Domingo, es probable que en la oficina de turismo me habrían podido gestionar otro aterpe alternativo, pero no me quejo.
Duermo genial, en habitación confortable. También ha sido una suerte encontrarme con el matrimonio en Tala; con su información, me evitaré ir al faro del cabo Matxitxako, que me obligaría a desandar el camino, puesto que no tiene continuación.

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