viernes, 27 de mayo de 2011

viajedejavi. Etapa 13: Santurtzi-Pobeña

13ª Etapa. 07 de junio de 2006. Miércoles.
Santurtzi, Zierbena, El Puerto, La Arena y Pobeña.

Hoy será una etapa corta y mañana entraré en Cantabria. He dormido bien, pero me he tenido que levantar de noche para quitar la manta. Me he despertado con un pensamiento, al que no encuentro razón alguna: “Getxo es un barrio de Markina”. No sé si venía de un sueño, pero la afirmación se me venía persistente, como una obsesión. Hoy es el día en que no encuentro significado y no me preocupa tanto como para analizar mi subconsciente en una sesión de psicoanálisis; pero, quizás tenga que ver con el hecho de haberme salido del camino oficial en Mutriku y en ese tramo, hacia Gernika, se pasa por Markina (o cerca de allí, pues no lo he hecho y no lo sé). Como los sueños se apoyan en acontecimientos de la víspera, es fácil que el apoyo fuera la llamada telefónica de Virginia y, lo que me parece tan irracional, tenga que ver con mi deseo de reafirmarme en mi voluntad de que el trazado oficial no debe interferir en mi decisión de hacer el camino por la costa que quiero hacer. Mi inconsciente me dice que Getxo está en el camino; aunque lo acontecido en Getxo, no fuera lo más significativo de estos últimos días; al menos no tanto como lo que disfruté en las playas de Ogella, Laida, Barrika o Barinetxe, o como los encuentros con Ibon en Ondarroa, Armonía e Isidoro en Ogella, Christian en Barrika y la atención dispensada en el hostal Torre Ercilla de Bermeo. Prosigamos; me levanto sin prisa, lavo, afeito y desayuno lo que me prepara mi prima: zumo de naranja, tostadas con mantequilla y mermelada de zanahoria, que hace ella; ¡qué rico todo! Tengo un estómago agradecido y agradezco todo lo que recibo. Habíamos pensado pasar la mañana los tres juntos, con un plan que no recuerdo bien, pero Lourdes se acuerda que hoy tiene sesión de terapia para superar la ansiedad, así que adaptamos el programa a esta situación. Subo con Rober a la gambara para destender la ropa ya seca. Bajo a la calle para sacar dinero (así que lo que dije de Bakio no es cierto, pero hay algún problema de fechas, pues en el comprobante no se ve claro si pone fecha 5 o 6 de junio. Lo que parece cierto es que el dinero lo saqué en Santurtzi. No lo corrijo, para que veáis que no todo lo que digo es cierto) y comprar en Eroski; el pan lo compro en Dia. Preparo las mochilas y con el añadido del queso (rebanado en triángulos), los frutos secos y la fruta, aprovecho para pesarlas; la grande pesa 8,5 kg.+ 2,3 la pequeña+medio kilo del agua, harán un total de 11,3 y si a ello añadimos el peso de la ropa que llevo puesta, serán alrededor de los 12 kg que considero demasiado. Con todo ya preparado, cogemos la comida y nos vamos hacia el puerto de Zierbena; será un tramo de mi camino que haré en la mejor de las compañías y, de los 60 días caminando, el que más tiempo estaré acompañado por alguien que no estará haciendo el camino conmigo. Hago esta advertencia, porque en Cantabria y Asturias caminaré con Philippe de Lyon (al que finalmente veré en Muxía, en otoño en Lyon y en 2007 y 2008 en Irun) y con unos catalanes y un alemán, algunos tramos (como se verá). Llegamos, buscamos sitio adecuado, nos bañamos; el agua está fresquita, pero agradable; sobre todo al solete. Dos o tres baños y comemos. Tomate con sal y pechugas con piquillos, ¡qué bueno! Nectarina y buen vino. Lourdes se va a las 14:00h al bus y me quedo un rato con Rober. Nos vestimos y vamos al restaurante bar de Eugenio Arrondo, que opina que su fama no es tanta por la calidad de su buena cocina, como por los buenos productos que utiliza “¡ahí está el mérito!”, dirá; sobre todo pescado y marisco recién atrapado del mar. Además, sus hijos son activos en el negocio; uno de ellos tiene futuro. Se nota que Eugenio es quien manda en el negocio y le gusta lo que hace. Tomo una cerveza y Rober café y un chupito de orujo de hierbas. Me despido de Eugenio y Rober me acompaña hasta llegar a la pista; allí me despido de él, contento de las informaciones que me ha dado. Llego a Zierbena (La Cuesta) y me orientan por un camino entre huertas a Cardeo; veo una entrada poco clara y con maleza y sigo por la carretera. Paso por Zierbena (San Mamés) y llego a Zierbena (La Arena). Voy andando por la playa, cruzo el puente y, preguntando, doy con el albergue. Llega el hospitalero, me registra y me sella la credencial; aquí el sello será el de los Amigos de los caminos de Santiago de Bizkaia y el símbolo será una concha de vieira y, pareciera, que en el centro está representado el puente colgante, así que sería el sello más apropiado para Portugalete; salvo que me equivoque en mi apreciación. Parece ser que la primera parte de la playa de La Arena, pertenece a Zierbena, pero la parte más occidental y el albergue, son de Muskiz. Curiosamente, en la lista de albergues que me dieron en Irun, está añadido Muskiz y, a mano, Pobeña Albergue Municipal. Allí el hospitalero me dará esta nueva lista de albergues:



El hospitalero me da instrucciones para lo que seguiré mañana con dos variantes, me enseña los aseos, las duchas, la habitación y el lugar donde están las cosas para desayunar mañana; todo por 5€. Soy el único para pernoctar y me dice que él pasará la noche en su cuarto; le digo que por mí no se quede y le animo a que se vaya. Me enseña dónde está el bar en el que me darán cena por 8€ y por donde debo salir mañana. Dibujo en la plaza, un paisaje algo urbano, pero con dos árboles que ocupan más de la mitad del espacio. Me voy a la playa, me doy dos baños y escribo el diario.




Tras el tercer baño, me ducho y retorno hacia el albergue. Ya hay otro peregrino, Serge, que viene de La Rochelle: barbita blanca, jubilado de La Poste (Correos), por razones que no entiendo (mi francés no alcanza a tanto detalle), 55 años. Cuando a las 20:00h vamos a ir a cenar, el alcalde de Muskiz trae a otro peregrino, Jean Claude. Serge va a avisar al bar que seremos tres e iremos media hora más tarde; para mí es mejor que estén los dos franceses, así hablan entre ellos y yo no tengo que hacer el esfuerzo adicional del idioma, sobre todo, después de ver que con Serge no me acabo de aclarar muy bien. Cenan macarrones y yo vainas (están frías y me las calientan; aparto los ajos); las alitas de pollo en salsa y con patatas fritas, están buenísimas; y de postre: natillas. Pediremos otra de vino, que dejaremos a medias; se ve que a Serge le gusta el morapio, aunque no sea de calidad. Pagamos lo acordado y nos vamos. Cuando llegamos al albergue, el hospitalero se va ¿a cenar? Me cuesta dormir por el exceso de calor; así que abro el saco para no asfixiarme. Me levanto a media noche para orinar, con un ligero dolor de cabeza que achaco al vino malo de la cena, no al bueno de la comida.
Buen día pasado con mis primos y finaliza la última provincia vasca.
Este es el dibujo que hice.

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