viernes, 27 de mayo de 2011

viajedejavi. Etapa 3: Arizkun-Sunbilla

3ª Etapa. 28 de mayo de 2006. Domingo
Arizkun, Bozate, Elbete, Elizondo, Irurita, Arraioz, Oronoz-Mugairi, Narbarte, Legasa, Doneztebe (Santesteban), Sunbilla.
Me despierto sobre las 6:00h. Hago la bicicleta y voy recogiendo todo. Ya voy siendo experto en recoger el saco, y es la segunda vez que lo hago; en pocos minutos, queda perfecto. He salido a mear a la izquierda del frontón, sobre una huerta; abono hidrogenado. Hay pequeñas partículas de agua en el ambiente, pero son más de niebla espesa que de xiri-miri.
Caminando por el pueblo, me encuentro con Mikel con camiseta roja y CCCP, la hoz y el martillo; le "bacilo" y se "mosquea" y llega como intermediaria, para poner paz, Iranzu. Aunque están de gaupasa (pasando la noche en vela) y no demasiado sobrios, al preguntarles por un sitio para desayunar y contarles que voy a Santiago, me invitan a desayunar en la sociedad de Mikel. Descafeinado con leche y pan ¡qué bueno! Y luego hablamos de los Agotes y vamos dando un repaso a Sócrates, Grecia, Turquía, India…, de que hay que comer pescado, carne y grasas, que los cereales son una modernidad innecesaria… como veis, todo muy coherente, sobre todo el paso lógico de la India a la comida, fruto de la noche en vela. Me dan las señas, para mandarles la foto, cuando la revele, ante una pintada de la borroka: “Borroka da bide bakarra” (la lucha es el único camino).

 Iranzu me hablará de una playa en Vizcaya, la de Anzoras, que a ella le gusta mucho, pero que veré al pasar por allí, pero no bajaré. Cuando nos despedimos, son las 7:15h.



 En el porche de la iglesia escribo el diario. Pasa un señor y le pregunto. Va a misa de las 8:30h, pero no se celebra en la parroquia, sino en el convento de monjas; se trata del Monasterio de Santa María de los Ángeles (Ángeles, Geli, Àngels, serán nombres de mujeres significativas durante el periplo). Le acompaño a la iglesia y hablo con el cura para que me eche el sello en la credencial.


Éste me deriva hacia una monja que, como está a punto de comenzar la misa, me dice que se lo recuerde al terminar. Salgo a escribir otro rato y vuelvo a entrar a las 9:00h, acabando la ceremonia. Hay una zona de separación y delante están unas 17 monjas; a la que toca el armonium no la veo, pero luego comprobaré que está sin hábito y con pelo visto. En los bancos, tras de ellas, estamos 20, 11 varones y 9 mujeres. Termina la misa y se exhibe la forma en la custodia. La monja me sella la credencial de Virgen con niño y dos querubines y me regala dos postales, una con la fachada del monasterio y otra con el retablo (muy dorado y muy barroco), como podéis ver en las dos que os prersento.








Quisiera hacer una reflexión en relación con la credencial. Las alternativas para su sellado son amplias; de momento llevo la de Irun (donde cogí la credencial), la de St.Palais (del Musee de Basse-Navarre et de Saint-Jacques y que contiene l’étoile de Gibraltar), la St.Jean Pied de Port (del Accueil Saint Jacques, con el escudo de la ciudad y el santo peregrino), la de St.Etienne de Baïgorry (del bar Lissar), y esta ultima del monasterio de Arizkun. Hay que tener en cuenta que, no siendo especial devoto de la iglesia, más bien, un ateo militante, el propio sistema de demostrar al llegar a Compostela que se ha hecho el camino, exige el sellado de la credencial. Normalmente, el sistema establece que los sellos se obtengan en los albergues de peregrinos del camino, en mi caso en el Camino a Santiago por la costa, pero todavía no estoy en él, hasta mañana no llegaré a Irun. Casi siempre preferiré sello civil, pero, como en este caso, no haré ascos a sellos de establecimientos religiosos. Como ya veréis, también serán una oportunidad para jugar el juego, que ellos proponen. Comprobé al llegar a Santiago de Compostela, que mi credencial no les gustó mucho, sobre todo los sellos que puse después de Ribadeo, es decir, después de salir del camino oficial. A punto estuve de que no me la dieran (al menos la bonita, con mi nombre en latín), pero, sigamos el camino, que me estoy pasando mil pueblos. A las 9:45h parto hacia Bozate. Una pareja de ingleses van hacia Aldudes.



Cojo agua en Iturrizar (fuente vieja), muy fresquita y con un pote de aluminio para beber, recomendación de mis cuatro jóvenes amigos de Bozate. Están dando las 10:00h cuando paso por delante del letrero de carretera indicador de fin de Arizkun.


 Bajo al río y, debajo del puente, en la hondonada entre éste y las piedras, me desnudo, enjabono y aclaro con dos brazadas. ¡Como nuevo! ¡Gracias Baztan!




A las 10:30h entro en el patio de la casa de Cesáreo, el escultor, padre de Álvaro y de Víctor; ladra el perro, pero nadie da señales de vida. Me voy, pero volveré.
 A las 10:45h llego a Gorrienea Santxotena, la exposición de esculturas al aire libre, pero está cerrada. De fuera saco foto del auditorio y paso hacia el otro lado, donde está el cogollo de caseríos de Bozate.

 Hablo con una señora que prefiere no hablar de los agotes; ella lo es, pero tiene noticias contradictorias y, por tanto, prefiere que hable quien sabe; en ese sentido me dice que Cesáreo es uno de los que sabe. ¡A ver si, al regreso, lo encuentro en su casa! Doy la vuelta por arriba del pueblo; casi todas las casas están remozadas y cuidadas, aunque alguna no lo está. Bajo por la casa museo y, aunque ya han abierto la parte de abajo, no entro. Se me está haciendo tarde. En la segunda visita a Cesáreo, éste sigue sin aparecer. Hablo con su hermano, que está recostado en un banco, pero no se me presenta muy locuaz. Cuando salgo del pueblo leo: Mármoles Soule, exposición. ¿Habrá otra ocasión de conocer a los agotes? De momento me quedo con lo que sabía: que fueron ninguneados y vilipendiados por los dominantes, que eran muy buenos trabajando la madera y otras artesanías… y que hoy hay agotes que se sienten orgullosos de serlo. A las 11:35h, ya sin entrar en Arizkun, me dirijo hacia Elizondo. Llego más allá del cruce y mientras pasa la carrera ciclista (¿de Irurita?), veo señal de a 1 km. Arizkun; parece tomadura de pelo, pero es real, ya que lo estoy rodeando. Para compensar lo ingrato de esta carretera a Pamplona, como unas marrubis (fresas salvajes) y saco una foto panorámica de Elbete, pero creyendo que es Elizondo;

en realidad, sólo separa ambas localidades el Baztan. Cuando voy por carretera, me entretengo en recordar las letras de matrícula de vehículos más reciente y, me ejercito en buscar una palabra que contenga las tres letras. Acaba de pasar un DZT (no encuentro palabra).

 Saliendo de Elizondo, comienzo a notar fuertes pinchazos en la rodilla derecha, que me harán pensar en abandonar; que mi camino ha llegado a su fin. A las 13:30h el km.56 Oronoz-Mugairi está a 7km.





13:45h. Irurita. Llego al río Artesiaga. A las 14:15h me baño en una presa a 4-5km. de Mugairi.




A las 14:30h llego a la Casa Torre de Arraioz y saco dos fotos.



Nada más llegar a Mugairi pregunto a un chico que está segando hierba.







A las 15:50h ya bañado y comido (queso, pasas, almendras, ¿qué pasó con el tercer tomate?), sigo hacia Narbarte, donde llego a las 16:30h y saco foto a una arco de puerta con dovelas centrales deslizadas.






16:50h panorámica de Legasa desde la carretera, con lo que los árboles permiten ver, y un recuerdo de lo bien que nos lo pasamos en la casa que tenía la familia de Belén López de Maturana.
A las 17:30h, ya cerca de Donestebe, me doy otro baño en el Baztan. Hay algunos pescadores pescando en el río. Ya en Donestebe, en paseo sobre el río y después de la confluencia del que viene de Elgorriaga, me pongo a charlar con dos fumadores de porro, uno del pueblo y otro de Elgorriaga; me dirán que el Ezkurra y el Ezpelua (de Labaien y Urroz) confluyen en un lugar llamado Galbalaiarre y éste, a su vez, lo hace con el Bidasoa a la salida del pueblo, que es donde estamos. Charlamos de las personas con deficiencia mental, del balneario de Elgorriaga, que ahora están rehabilitando, de la fonda a la que íbamos hace 28 años, etc. Me recomiendan que, otra vez que venga por la zona, suba al Mendaur, un monte cercano y desde donde se ven unas vistas magníficas. La mayor altura, de la zona, que conozco es la ermita de Santa Leokadia, donde se prepara el zikiro (carne de oveja) en setiembre. Hacia las 18:30h salgo para Sunbilla, que está a unos 3km. Llegaré a las 19:15h. Como la iglesia está cerrada, pregunto a un grupo de jóvenes y me indican dónde está la casa parroquial. Allí el cura me echa el sello en la credencial de la parroquia de San Juan Bautista, con efigie del santo, y me autoriza para dormir bajo el porche de la iglesia. No le pido otra cosa, pero en mi fuero interno, confiaba en que me ofreciese un lugar más resguardado para dormir. Cierto es que es algo que forma parte de este viaje, en el que nunca se sabe cual es la alternativa mejor. Paradójicamente, al llegar a una playa en Rota (Cádiz) conoceré a un chico, cuasi-tocayo mío, que hará que, hoy en día, tenga cama para pernoctar en Sunbilla, si es necesario, en lo sucesivo. ¡Gracias Patxi! ¡Qué gracia me hizo cuando me dijo que era de Sunbilla! Tras este inciso, sigamos la narración del día. Los jóvenes me recomiendan el lado izquierdo de la iglesia. Lo tendré en cuenta; y me voy al Bustiz.
Buena cena en el Bustiz
Entro en el restaurante Bustiz. Tienen lentejas, pero el dueño no me las quiere ofrecer porque llevan ya hechas cuatro días; “¿las tienes en el frigo?”, pregunto; y como me dice que sí, le digo que me las saque; no todavía, ya que es pronto. También me ofrece un Bustiz que, luego me dirá, es carne guisada. Mientras llega la hora de cenar, en la barra me dirán que mañana no pase por el túnel si no llevo linterna, ya que hay socavones encharcados del agua que filtra del techo; que ande 5km, deje el puente azul, coja el colgante siguiente y que ande 3km y vuelva a la vía inicial. Dicen que a Bera hay menos de 18km. Ya me da pena, ya que la vía verde que quedó al quitar los raíles del Tren Txikito (que unía Irun con Elizondo), y que, teóricamente, debía estar practicable entre Donestebe y Endarlatza, me apetecía mucho frente a la alternativa de una carretera de Navarra (la 121), tan peligrosa y por la que tanto peleamos para su mejora. Todo esto lo estoy escribiendo en la mesa del comedor; la chica me trae agua y, sobre las 20:45h me sacan la cena. Las lentejas están buenísimas, con el añadido extra de chistorra del Baztan, y me permiten repetir. También el Bustiz (que es el nombre del bar) es una carne guisada exquisita, yo diría que de zancarrón, y acompañada de una salsa muy casera de patata, zanahoria, pimiento picadito, especias aunque sin nuez moscada. Me cobra 8€ y le doy 2€ de propina. Me guardan la mochila y me doy una vuelta;



elijo un lugar para dibujar y será mi primer dibujo del camino; el material es malo y cometo muchos errores de ubicación y de perspectiva, pero por algo había que empezar. Va cayendo el día y me vuelvo helado de frío y en el Bustiz sigo escribiendo. A la chica le encanta el dibujo. Cojo la mochila y me voy bajo el porche de la iglesia. Son las 22:00h. No hay nada de jaleo, pero el suelo vuelve a resultar duro. Oigo las campanadas del reloj de la torre, las 11, las 12; no oiré las de las 6 de la mañana. Lo más importante del día está siendo la tendinitis, que me está cuestionando la continuidad del camino; y la fuerza de voluntad de seguir, con la esperanza de la talasoterapia.

Para recordar: Si bien el lugar para dormir no ha sido idóneo, la buena atención en el Bustiz lo han compensado. El primer dibujo en Sunbilla y la charleta con los jóvenes en Donestebe (Santesteban).

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