viernes, 27 de mayo de 2011

viajedejavi. Etapa 8: (Lastur) Deba-Ondarroa

8ª Etapa. 02 de junio de 2006. Viernes.
Lastur (en coche), Deba, Mutriku, Saturraran, Ondarroa.
Aunque pongo Lastur, indico que fui en coche, porque no forma parte de mi caminada, aunque sí lo señalo, pues algo ocurrió aquella tarde noche y lo he querido reseñar; pero, en realidad, lo correcto para no desvirtuar mi itinerario, el día de ayer finalizaría en Deba, en el lugar donde me monté en el coche de Maitane, y el de hoy, se iniciaría en el lugar donde nos ha dejado a los cuatro, es decir, en el mismo sitio en que me cogió;  también en Deba. Por otro lado, Deba es un punto clave en el itinerario, pues a partir de aquí el camino oficial, que se dice “de Santiago por la costa”, se dirige hacia la Colegiata de Zenarruza, después hacia Gernika y, finalmente, hacia Bilbao. Vosotros me diréis qué “costa” tan maravillosa se divisa por el interior. A mí, la orilla del mar me apasiona, y haré todo lo posible para disfrutarla, siempre que pueda y no se produzca otra razón que supere esa prioridad; por tanto, cuando llegue a Mutriku, continuaré por la costa vizcaína hasta que vuelva a encontrar el camino oficial, ya pasado Bilbao, en el puente colgante de Portugalete (otro de los tramos en que un vehículo colgante me transportará).
Volvemos a Lastur. Para las 7:00h ya estamos en danza. 7:30h desayunando: zumo, tostadas con mantequilla y mermeladas, naranja, café con leche y me llevo una manzana para la comida. Pagamos lo que debemos y montamos en la furgoneta. Por el camino cogeremos a la madre de Maitane, que nos dejará, como he dicho, en el mismo sitio en que monté ayer. Nos despedimos de Maitane, su madre y los bretones y me quedo un ratito con Elena, que tiene intención de comprar pan y estar un tiempo tranquila en el parque. Allí, ella coge agua y se fuma un cigarrillo; nos despedimos. Algunos dirían Ultrella; yo digo adiós y ella: Filoxenia. Dejo los trastos y me siento en un columpio. Escribo postal a mis compañeros de Gureak, contándoles y agradeciendo lo de la talasoterapia, con letra tan diminuta que tendrán que leerla con lupa, ¡tantas son las cosas que les quiero contar! Luego escribo el diario. Elena me ha dicho que de Laida puedo pasar a Mundaka en barca, pero la realidad será otra. En el parque hablo con una madre joven que está columpiando a su niño de 14 meses, que aún no anda. A las 11:15h salgo de Deba y a las 11:25h estoy cruzando el río Deba, por el primer puente más próximo a la desembocadura. Hay poca circulación y sin problemas pues, al principio, hay arcén y paseo. A las 11:50h, veo a un pescador con caña que sube del mar; hay una ducha en la cima, junto a la carretera; no tiene agua, me dirá, porque hay conflicto por la decisión de dónde cogerla; unos dicen que debe cogerse de la tubería de agua de Deba, y otros de la de Mutriku. ¿Por qué no se dilucidó antes de poner la ducha? Y, si se puso porque era necesaria, ¡qué poca capacidad para resolver un conflicto de tan poca monta tienen los ediles municipales de ambos territorios! Sería interesante saber cómo acabó el tema. Me despido del pescador y, al dar la curva, con una bonita casa, avisto Mutriku.


Viendo la obra del puerto, que están cimentando, charlo con alguien que me "perseguirá" en los periódicos si llego a Gibraltar. Tendría que esperar dos años más y no creo que fuera noticia de periódico; éstos se nutren de noticias más truculentas; mi viaje no es noticia, salvo a nivel local, y siempre relacionado con alguna de mis proyecciones de diapositivas que hice en Irun y en Bilbao. Saco una foto panorámica, en la que recojo el porche con arcos característico y que siempre me recordará a Aurora Bengoechea (1943-1991),  y el año que fuimos a participar en el concurso de pintura al aire libre, con otros alumnos de Julián Ugarte. Aurora hizo su licenciatura y un master en Bellas Artes en Londres y tiene una magnífica y extensa obra, a pesar de que murió joven. Desde aquí mi homenaje y recuerdo a la amiga que se fue. Yo era por aquellos años un pintor malísimo y ahora, tras mis cursos de dibujo al carboncillo, acuarela y pastel, algo he mejorado, pero me queda mucho camino por recorrer. Ya habéis visto algunos, pero tendréis ocasión de ver más dibujos míos; en esta primera gran etapa del camino, los hice en papeles sueltos y formatos variopintos y con grafito (uno sólo con creta negra). En Portugal inicié ya mi primera libreta Moleskine con rotulador, aunque algunos los llaman a plumilla, que también veréis. A las 12:10h llego al casco poblacional de  Mutriku y una señora me orienta. Charlo con otra señora y a las 12:30h cojo desviación a Galdona (como me dijo ayer uno de los municipales de Deba y me dibujó en un plano), y siempre debo ir a la derecha. La señora lo confirma. Paso el letrero de carretera de fin de Mutriku. Tengo una conversación corta con un señor en euskera. En Galdona, el chofer de un coche me dice que tire para abajo, que es muy vertical y que, al llegar a una casa de madera, vuelva a coger a la derecha. Al llegar a la última, me olvido de lo que me han dicho, y debo retroceder.



Así llego a Saturrarán y en una playa de arena sin rocas, me llevo el gran chasco, puesto que no hay nadie desnudo ¡mi gozo en un pozo! Pregunto, y me remiten al otro lado de las rocas. ¡Otro chasco!, la entrada al agua está llena de rocas. Los nudistas reivindican: duchas, mejora del acceso y más limpieza. Ya habían conseguido que pusieran papeleras. Con los primeros que hablo, les digo que lo que hay que reivindicar es la otra playa, la que no tiene rocas, como nudista o, mejor, como mixta, pero no están por la labor ya que, para evitar mirones, prefieren el gueto nudista aunque haya rocas y la playa sea peor. Para ellos es mejor esta playa que la primera por que las rocas la aíslan. Ya desnudo en la playa, compruebo que se está muy bien. Me doy tres baños y hablo con unos y con otros. Tres alemanes aparecen, pero ninguno se baña.

 Hago un dibujo de rocas y mar y me voy a pasear por la cornisa de rocas que llaman las siete playas, aunque en ninguna hay arena. No puedo asegurarlo, pues no sé cómo estaba la marea; a lo mejor, en bajamar, surgen, pero en el momento que paso, no hay nada de arena seca. Un señor coge caracolillos (nosotros los llamamos karrakelas o vígaros), sólo coge los más grandes. Luego hablo con un chaval de 14 años (rara avis) que viene a preguntarme algo; es majo, se llama Jon, le gusta estar desnudo y por eso viene, pero sus padres no saben que hace nudismo. Le hablo del recorrido que estoy haciendo. También se van los alemanes, sin desnudarse, ni bañarse; el que habla castellano, me desea suerte. Son las 18:00h, se ha empezado a nublar, pero todavía tiene fuerza el sol y se está bien, así que aguantaré un poco más. Salgo de la playa nudista de Saturraran, de la que he dado suficiente información y que es la última nudista de Gipuzkoa, puesto que, aun estando muy alejada de su núcleo urbano, pertenece a Mutriku, a pesar de estar mucho más cerca de Ondarroa, y paso por las rocas a la textil, cruzo el puente y el paseo que me llevará al pueblo.
Al inicio hay una casa solitaria en lo alto y pienso que puede ser la casa de Ibon, en la que está de “ocupa”, y en la que, en principio estoy invitado a pasar la noche. Ya estoy en Vizcaya y, entrando al pueblo, encuentro a dos magrebíes y les pregunto por Basati pizategia (pizzería Salvaje); no parece lo más adecuado, sobre todo si son musulmanes, ya que las pizzas suelen tener bastantes elementos porcinos, pero resulta que sí la conocen y me indican cómo llegar: “pasar puente, subir escaleras y al frente”. Tengo duda de cual de los puentes coger, pero un grupo de chicas me lo confirman. Pienso que, siendo tan conocido el establecimiento de Ipar, Ibon Iparragirre, tendrá bastante negocio. Paso por el puente de Calatrava y subo las escaleras. Cuando llego a las 18:45h todavía está cerrado. Me doy una vuelta por el pueblo y, asomadas a un mirador, al pie  de la iglesia, charlo con dos hermanas: Mari Carmen y Pillare. Ellas se despiden y continúo con Pillare, que parece la más liberal de las dos.





 Luego paso por el puente de la Cofradía y descubro, bastante a oscuras, un Cristo precioso en su deformidad (he sacado foto, pero es tan oscura, que a lo mejor no la salva ni el fotoshop).





Llego donde un grupo de remeros de la trainera Itsaskorda, que se preparan para entrenar. Saco varias fotos de este paseo y, cuando llego a la pizategia de Ibon, ya está abierta y entro hasta la cocina.








Invitado en Basati pizategia: Ibon Iparragirre.
Me recibe de mil amores y charlo un rato con él y la chica que le ayuda. Esta noche hay concierto de Doctor Deseo, al que yo no deseo ir, ni aunque me lo prescriba el doctor, así que Ibon me dejará la llave de la casa que ocupa, un antiguo faro en desuso. Tiene un sello muy grande con la huella de un artza (oso), que es la que suele poner en las cajas de pizza y que, parcialmente, la ponemos en la credencial y donde me firmará él. Realmente resulta un sello salvaje. Como todavía es pronto, quedo en volver a las 21:15h. Cometo el error de no preguntar y retrocedo hasta la casa que creía podía ser la suya. Unos metros antes acaba Vizcaya y comienza Gipuzkoa, pero luego resultará que la casa está hacia el otro lado del pueblo, dirección Lekeitio. La idea inicial era buena, porque cuando vaya, ya de noche, sería por un camino ya conocido pero, al no preguntar, no he adelantado nada. Llego a la hora prevista, pero tendré que esperar un rato hasta que saquen la pizza del horno, que Ibon se ha esmerado añadiendo más y más ingredientes. A Ibon le conocí un día en la Zurriola, a la que había ido a disfrutar de “su día” con su hijo, que es todavía un niño, porque está separado judicialmente y el juez lo dictaminó así. Así nos conocimos los tres desnudos y nos pusimos a charlar y, de la charla, surgió su invitación. Mientras esperamos la pizza, charlamos en la barra y me va contando parte de su filosofía de vida y sus proyectos más próximos, por ejemplo, meter un día dentro de su establecimiento, un coche para arreglar, poner camas abatibles, echar arena de la playa por todo el suelo y hacer el día, o la noche, nudista…; como véis, Ibon no es una persona convencional. Dios no existe, el SIDA no existe, la medicina contra el SIDA mata, una forma de eliminar africanos de África, en general, está muy enfadado con el mundo; pero hoy es día de agasajar al visitante y se ha esmerado en llenar de ingredientes la masa, para agradarme; Ibon es “todo generosidad” y se lo agradezco. Es la pizza más rica que nunca haya comido pero que, al tener mucha mozzarela, costará enfriar. Ibon suele decir que hace la pizza más rica del mundo; ¡no le falta razón!, aunque el mundo es amplio. Como tres trozos y, entre tanto, llega su padre, Eusebio Iparragirre; me lo presenta y se va a atender los pedidos de los clientes. Empieza a haber ambiente. Entre los tres nos liquidaremos la botella de tinto, que terminaremos en la calle, pues la música está muy potente, le dejamos a Ibon los tres trozos que han quedado y salgo con su padre y la botella a la calle. Ha entrado un senegalés vendiendo CDs pirata de música. Eusebio piensa de su hijo que es muy bueno, pero que debe aprender a mentir ¡no se puede ir por la vida con toda la verdad por delante! Eusebio tiene cuatro hijos (tres varones y una mujer). En carácter, se parecen el pequeño, también Eusebio, y el mayor, Gotzon, por un lado, y por el otro, Naia e Ibon. Su sueño es que le toque la lotería para quedarse una parte para él y repartir el resto entre sus hijos. Al igual que Ibon, tambien se separó, pero hace siete años y, tanto él como su exmujer, viven cerca de la pizzeria; Eusebio trabajó de buzo y una vez, casi no la cuenta ya que, soltando las redes que se enredan en las hélices de los barcos, una de ellas le partió el brazo en pedazos y le dejó inconsciente bajo el agua; menos mal que alguien le sacó. Nos vamos charlando hasta el bar, donde a las 23:00h echará la partida con sus amigos. Vuelvo a la pizategia e Ibon me da la llave y las indicaciones de cómo llegar.
Noche durmiendo en casa “de ocupa”.
Yendo por la derecha hasta que se acabe la acera, cruzar la carretera y buscar escaleras ascendentes que, como está oscuro, me costará encontrar. Me despido de Ibon y llego, ayudado por la mini linterna que me regaló NaturGas. Ya arriba de las escaleras, que mañana contaré, y cuando estoy  abriendo la puerta, llega un perro que me huele los pies y no me ladra. Debe estar acostumbrado a que lleguen extraños o huelo parecido a su amo. Me sitúo, veo un cuarto con cama que parece ser la asignada, dejo mi puerta abierta y me acuesto dentro de mi saco. Duermo bien, porque no he oído entrar a Ibon, pero la puerta ahora está cerrada y cuelga una toalla. Me levanto a orinar, y poco antes de las 7:00h cago y me ducho. La bañera que, en realidad, es una gran fregadera que está en lo alto y, para subirme a ella hay que trepar a dos banquetas-taburete, tiene su encanto singular, pero no consigo regular la temperatura de la ducha, que será, o muy caliente o muy fría. Parece ser que Ibon no podría vivir con lo que saca en la pizategia y necesita ayuda de los servicios sociales, permitiéndole vivir de “ocupa” en este edificio que antes fue faro.
Un bonito día con disfrute en la playa de Saturraran e intercambio de opiniones sobre nudismo con nudistas y división de opiniones. Un nudista incipiente de 14 años. Agradecido a la invitación a cenar y a dormir en lugares singulares de Ondarroa. ¡Gracias Ibon!

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