viernes, 27 de mayo de 2011

viajedejavi. Etapa 18. Polanco-Comillas

18ª Etapa. 12 de junio de 2006. Lunes.
Polanco, Santillana del Mar, Cobreces, Comillas.

Aunque no he dormido bien, me levanto temprano, puesto que el alemán, que también se ha levantado, está montando su equipaje y, para variar, hace excesivo ruido con las bolsas. Cago, me afeito, me visto, escribo en el libro con anécdotas y me inscribo en el libro con la lista de peregrinos visitantes del albergue; muchos no lo hacen. Le cuento mi itinerario a Gilbert, el francés y en francés (voy haciendo progresos); tras escribir, Gilbert me ayuda a cerrar la cremallera del saco, que se me había atascado. Y, hacia las 7:30h, empiezan a removerse los catalanes. Me voy a las 7:45h y veo un coche FBB, ya hemos cambiado de letra. Calculo para desayunar en Queveda, así que voy pendiente de que las señales dejen de indicar Torrelavega (en el interior) y Suances (en la costa). Nuestra señal, nos lleva hacia Suances y no le hago caso.



A las 8:15h dejo atrás Requejada y a las nueve Viveda. En Queveda, Cristina me propone una tostada, pues cree que será suficiente, acepto y acierta. Se trata de una brasileña que llegó al arrimo de su hermana, casada con un español; volvió a su país para terminar los estudios de peluquería, pero de nuevo se vino a España, puesto que le gustó el trabajo de hostelería y el trato a todo tipo de personas que conlleva; también eso ocurre en peluquería, pero está más limitado. Está contenta en el restaurante del hotel y, además, su mamá se ha echado novio aquí y no cree que vuelvan a vivir a Brasil. La tostada era muy gruesa y llevaba mantequilla y mermelada.
Me despido de Cristina, me voy del hotel y, para las 10:00h estoy entrando en Santillana del Mar, quiero comprar rollos de diapositivas, y no encuentro; tampoco una libreta, pues para acabar el diario sólo me queda una página (desde Laredo no había vuelto a buscar).











A las 10:15h estoy en Oreña; ya me voy acercando al mar, de nuevo. He sacado foto a la iglesia de San Pedro de Oreña, información que me dan dos mujeres con las que hablaré un rato; la que mejor me informa es la que tiene la escoba por el mango. El río que desemboca en Suances es el Besaya. La tercera información será más práctica: En Comillas hace veinte días que abrieron un nuevo albergue, muy bonito, y está teniendo muchos visitantes por ser éste, año lebaniego. Parece que el fin del día se va perfilando que será en dicho albergue de Comillas. Dejo a las mujeres que, delante de la puerta, tienen un carretillo con patatas y lechugas; probablemente las estén vendiendo si pasa algún comprador interesado. Me voy a las 11:10 y a las 11:30h ya estoy saliendo de Oreña. Hablo por móvil con mi hermana Sagrario. El día está genial para andar, sin sol y sin lluvia, pareciera que estaba previsto que iba a ser una mañana por interior.

Avisto Cobreces, con sus dos torres de la parroquia de San Pedro ad Vincula y su monasterio cisterciense; esta información me la da un matrimonio con el que me encuentro; él tiene dificultades con el habla, pero no se corta un pelo, ¡me encanta! Y sigo un rato, muy a gusto, charlando con ellos. Sale el tema recurrente de si el camino se hace mejor solo o acompañado; ambas opciones tienen su pro y su contra; argumento por qué mi opción es mi preferida.


A las 12:20h entro en Cobreces. En un espacio que el Monasterio cisterciense tiene cerca de la carretera, compro una cuña de queso que por 1,43€ me vende un fraile lego del cister y me la convierte en triángulos y a las 12:40h salgo de allí. Saliendo del pueblo veré un edificio eclesial muy bonito, que un señor me dirá que pertenece a unas monjas de clausura. "¡Ahora parece que ya salen algo!", me dirá. A las 13:00h entro en Tramalón, a las 13:10h en Sierra y a las 13:15 en Liandres. Hay una señal de playa, y me meto en Fonfría, pero son todo rocas con gaviotas que esperan la llegada de rodaballos de Rodecan (Rodaballos de Cantabria); allí está parada una furgoneta de Rodenor (Rodaballos de Igeldo) ¿Traen los rodaballos de allí, o vienen de Donostia a Liandres por ellos? Mientras como queso, que está muy rico, y frutos secos, llega un pescador quien, con un salabardo de mango largo, coge ¿rodaballos?; no lo distingo en la distancia. Es probable que se aproveche de los que escapan de la piscifactoría.

Me voy y, cuando llego a Comillas, ya no hay nadie ni en oficina de información, ni en la policía municipal. Le digo a una empleada municipal que espero abajo en un banco hasta que lleguen, para que me vayan a abrir el albergue.

 Hago un dibujo bastante flojito de la estatua del Ángel (será el único que haga con creta negra) y, cuando llega la policía municipal, en vez de abrirme el albergue y acompañarme, me dicen por dónde debo ir. La hospitalera se enfadará mucho por ello y por el tiempo que me han tenido esperando en la puerta del Ayuntamiento; precisamente, si dejan allí la llave, es para que atiendan a los caminantes que llegan, mientras la hospitalera no está en el albergue y así puedan ir duchándose y organizándose en los dormitorios. Cuando llego arriba el albergue está cerrado y en la puerta esperan los dos catalanes y el francés. Comentarios diversos: a Guille le encanta fumar, por eso cree que le va a costar mucho dejar el vicio; está tocando la guitarra, y le pido Cowoy  de Medianoche. Gilbert canta bastante bien un tema conocido, pero del que desconozco la letra. Así, dando las cinco, llegará una chica que nos abrirá el albergue, sellará la credencial (con escudo, vieira y cruz de Santiago), registrará en el libro, nos enseñará las dependencias y nos distribuirá en las literas del piso de abajo. Le pago, y me hará un recibo de 5€. En el piso de arriba no son literas, sino camas. Tras la ducha, lavo la camiseta y el calzoncillo y los tiendo. Me visto para comprar rollos y libreta para el diario. Al final me decido por una pequeñita que he visto en todos los sitios. Cuando leo Gaudí y el Capricho, me hago imagen de Astorga y su palacio episcopal; pero enseguida saldré de mi error.

Saco varias fotos de El Capricho























y del Palacio de Sobrellano y paseo por los jardines.


Arriba se ve la Universidad Pontificia.
Me encuentro con el trío francocatalán que va a merendar y me ofrecen zumo, que rechazo. Luego voy a El Árbol y compro pasas, avellanas y Actimel (regalo uno a Guille y otro a Gilbert, cuando me los vuelvo a encontrar), que cojo con vale descuento que traía de casa (0,70€). Me he gastado 6,51€. Voy a cenar en El Galeón: un potente cocido montañés (costilla, morro, morcilla, chorizo, tocino, verdura y alubia blanca), ¡menuda pedorrera se avecina esta noche! Y seis sardinitas muy ricas. No tomo postre, pago con Visa 11,99€, escribo diario y me voy al albergue. Al llegar, veré al trío francés: Philippe, Eric y Jocelin. Les saludo, mientras el otro trío cena. Escribo en el libro del albergue algunos pensamientos (unos son de antes y otros sugeridos por el camino) para compartir con los futuros caminantes que lleguen. Charlamos un rato y me voy a la cama. El albergue está muy nuevo y es muy acogedor. Buenas noches.

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